La evolución del deporte de élite expone a los jugadores a cargas de entrenamiento cada vez más altas, calendarios de competición saturados y periodos de descanso más cortos. Esto provoca que los equipos se nutran de los últimos avances tecnológicos y científicos en el campo del deporte y la medicina en su afán por reducir el riesgo de lesión sin menoscabar el rendimiento.

La monitorización de la carga de trabajo (TL, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una piedra angular sobre la que planificar y periodizar los entrenamientos, optimizar la forma física, y evitar el riesgo de lesiones. La TL se suele categorizar como externa o interna, definidas respectivamente como el trabajo condicionado realizado por el deportista (ej. distancia recorrida, número de aceleraciones) y la respuesta fisiológica asociada (ej. percepción subjetiva del esfuerzo, frecuencia cardiaca, concentración de lactato).

La posibilidad de hacer análisis retrospectivos, prospectivos, analizar las demandas de las competencias, diseñar un RTP (return to play) adecuado y OBJETIVAR la toma de decisiones, son varias de las posibilidades que brinda esta tecnología.